Los alumnos de 3º de Diversificación escriben reseñas de sus lecturas en el Blog de Diversificación, bajo el kantiano título de Atrévete a saber, inspirado en la clásica divisa Sapere aude.
Porque de eso se trata: de que los alumnos se atrevan.
Se atrevan a leer y a escribir.
Y el escenario donde plasman lo que han leído es su Blog, el blog de ellos (visita aquí), no el blog del profesor, el blog que pueden enseñar a sus amigos y familia, el blog que puede visitar cualquiera. Lo construyen día a día, con las lógicas dificultades de que se trata de alumnos de «diver». No son Clarín realizando una crítica literaria, por descontado. Pero ni falta que les hace serlo, por el momento. Se trata de atreverse, de salir del marasmo de «no sé hacer esto», «nunca sería capaz», «tengo faltas de ortografía», «me aburre leer», y demás blablablá por el estilo.
El blog de Diversificación es uno de los que más entradas tiene, supera en número al de 3º y al de 4º de la ESO. No sólo hay reseñas, también noticias de actualidad, curiosidades, historia, lengua… Crece día a día, que es el modo en que crece la curiosidad. Nadie se despierta un buen día sabiendo. Dejando de saber sí que uno puede acostumbrarse a levantarse de la cama a diario.
Reseñan los alumnos cosas para mí desconocidas como los “anime” nipones en esta entrada de Miguel Ángel Rengel:
Este mismo alumno nos reseña Veinte mil leguas de viaje submarino:
Pero también lo hace oralmente al resto del grupo de Diversificación en nuestra Biblioteca:
Lucho Sánchez, alumno chileno de Diversificación, nos reseña al pequeño detective de la serie creada por mi admirado Andreu Martín y Jaume Ribera:
Los alumnos con dificultades añadidas, como el idioma, reseñan obras de menor dificultad lectora o bien, incluso, se les permite reseñar en español obras que leen en su lengua materna, como Jak Taylor:
No falta quien nos cuenta elementalmente cómo escribir una reseña; es el caso de Virginia García:
En fin, son entradas elementales, pero muy dignas.
La primera investidura de dignidad la concede su propia existencia. Que alumnos de «diver» se atrevan a leer y a escribir. Sin complejos, claro. Faltaría más.
Espacio independiente e irredento sobre educación y cultura 